El montañista tucumano podría convertirse el año próximo en el tercer humano en escalar los volcanes más altos del mundo. Su historia.

PARA COMPARTIR: Conocé la historia de @Ulises Kusnezov, el montañista tucumano que conquistó las cumbres más altas de #Latinoamérica.

Ulises es hijo de Nicolás Kusnezov, un gran montañista tucumano que logró escalar el Aconcagua. Al igual que su padre, la pasión de Ulises es la montaña. Conquistarla, conocerla y sobre todo aprender de ella. “A los montañistas nos gusta definir esta pasión como la conquista de lo inútil”, afirma.

Ulises Kusnezov es el fundador de A Cielo Abierto, la única empresa del norte que cuenta con guías acreditados A.A.G.M. (Asociación Argentina de Guías de Montaña): “Planteamos la montaña desde el disfrute en todas sus variantes, (deportivas, culturales, escénicas,etc.), hasta el profesionalismo”. En los últimos días, Ulises adquirió fama por convertirse en la octava persona en escalar las diez cumbres más altas de Latinoamérica.

“Realizo montañismo desde que tengo memoria. Es algo heredado de mi familia, desde chico recuerdo que íbamos a Tafí del Valle y me gustaba subir el cerro que estaba detrás de casa. A los ocho años hacía trekkings de días enteros en lugares como Laguna del Tesoro. A los nueve, tuve mi primera experiencia en alta montaña en el Nevado de Ancay, Salta a 5775 metros. Crecí buscando igualar a mi padre”, revela.

La montaña como escape

La montaña consume al que se interna en su búsqueda. Los vientos que se encuentran en la cima son la apreciación de un mundo que nos abarca y que ignoramos, de un tiempo que no existe. “La montaña es lo opuesto a la ciudad. Lo que mueve al mundo es la plata pero en la montaña podés tener un millón de dólares en la mochila y no sirven para nada. La sencillez de la vida en los cerros, sobrevivir con lo mínimo, racionar recursos como agua y comida, y sobrevivir con menos de la mitad de oxígeno que al nivel del mar hace que luego cuando estés en la ciudad valores más todo lo que poseés”, explica el montañista de 22 años.

La cosmovisión del mundo que tenemos relaciona permanentemente saberes como impulsos del pasado, diseñado nuestra percepción. La montaña para Ulises simboliza a su padre. Inalcanzable, imponente y sabia, tienen varias características en común. Es por eso que la montaña emerge como una representación colosal de la naturaleza, de la inmensidad que nos rodea. “Escalé las diez cumbres más altas del mundo, pero sin dudas la que más deseé conquistar fue el Humahuaca. Por lo que significa, por ser la más alta fuera de Asia y porque mi papá la había escalado y soñaba con igualarlo”, explica Ulises. La montaña representa emancipación, protección y cuidado de uno mismo. Lo que la figura habilitante de un padre representa.

Un entrenamiento basado en la resistencia

Los montañistas necesitan desarrollar la resistencia que les permita permanecer en lugares con poco oxígeno y alejados de la civilización. Pese a que la mente es el motor más fuerte, Ulises expone el régimen que le permite alcanzar la cima de sus posibilidades: “Mi entrenamiento consiste en correr e ir al gimnasio, buscando generar resistencia. De nada sirve ser musculoso en este deporte. Eso demandaría más consumo de oxígeno en la altura, algo que queremos evitar. La persona que quiera hacer montañismo debe entrenar en montaña; subir con cierta regularidad alguna o realizar algún trekking es importante. Todos los fines de semana salgo a hacer algún trekking. Cuando no puedo, intento ir a la zona del sendero Puerta del Cielo o al funicular en Horco Molle. Es un lugar cercano, ideal para entrenar para la montaña y lograr que esos músculos específicos se vuelvan eficientes”.

Autosuperación, concreción de metas, toma de decisiones y trabajo en equipo son algunos de los paralelismos que el montañismo entrega a la vida. Ulises Kusnezov buscará ir más allá, su próxima meta: ser la tercera persona en la historia en escalar los diez volcanes más altos del mundo. Faltan dos para alcanzar su objetivo. 

EPÍGRAFE: Gentileza: Ulises Kusnezov.